Erosstrato
Puntuación: 0+x

« Duets | On Mount Golgotha Hub | Pt. 2 - Padovana Dell'Ambasciatore »

Nadie habló. La habitación estaba en silencio salvo por los sonidos de Mike llorando suavemente en la esquina y la respiración demasiado fuerte de Zhao. Emma se tomó un largo momento para concentrarse, luego miró hacia los ojos acusadores de Sandra Dee. Trató de mantenerle la mirada, pero la culpa le desgarró y se vio obligada a apartarla.

Intentó disimular la debilidad buscando a tientas los cierres de su arnés de combate, pero podía sentir que las puntas de sus orejas se calentaban mientras la vergüenza de su fracaso le quemaba el pecho como un ácido. La expedición a Alagadda al menos había producido resultados, palmeó el bolsillo de su uniforme militar donde descansaba el diario de John Dee.

¿Pero a qué precio?


24 de junio, 3 días antes:

"Muevan el culo, señoritas. Tenemos trece minutos hasta llegar a 2264-A, y al Director Ruslav no le gusta esperar." Emma habló con firmeza, intentando infundir una confianza que ella aún no sentía en los hombres y mujeres que se le asignaron.

Todos habían pasado por los simuladores, una y otra vez. Eta-11 había puesto más horas en el entrenamiento de las últimas semanas que lo que habían hecho en años y habían sido empujados casi al motín por el agotador horario que Emma les había puesto. De hecho, ella estaba bastante segura de que la única cosa que había evitado que se fueran a huelga es que ella estuvo ahí con ellos, en cada paso que dieron.

Ahora, los endurecidos veteranos de Eta-11 estaban al menos obedeciéndole, aunque fuera a regañadientes y los nuevos la miraban con asombro. Tenía que ser cuidadosa con eso, ya que al mirar de reojo vio a Mike Carter hacer exactamente eso. Ella le dio una débil sonrisa y volvió a juguetear con su equipamiento.

No ayudaba que ella haya leído todo lo que tenía la fundación referente a Alagadda. Mientras que las dos expediciones del Dr. Narváez en el sitio resultaron en su muerte o una evidente locura, fue el informe que le habían autorizado leer anoche lo que le había hecho reflexionar en verdad.

“Okey, parámetros de la misión. Estamos buscando por pistas respecto a 012. Nuestra investigación de la anomalía y los eventos alrededor de ella me lleva a pensar que nuestra versión puede no ser la única existente. Necesitamos confirmación de ser posible, pero hacernos con cualquier otra copia sería mejor.”

Sacudió su cabeza, descartando la imagen mental del Agente Papadopoulos acostado en su cama del hospital.

“Bajo ninguna circunstancia irán cerca de la sala del trono: Nuestro destino es la biblioteca. Si no podemos llegar ahí, la misión se abortará. Si escuchamos cualquier indicación de que el embajador está en la ciudad, la misión se abortará. Si cualquiera muestra evidencia de sucumbir a distracciones del sitio, la misión se abortará.”

Tomó otra respiración profunda. “Sé que todos tienen serias dudas sobre hacer esto. Demonios, yo también. Pero si estoy en lo correcto, y la evidencia apunta a ello, no tenemos otra opción real. Es esto o nada.” Se detuvo otra vez, mirando a los aprensivos rostros observándola.

“Somos profesionales. Sabemos que hacer.”


27 De junio, Presente:

“Me importa una MIERDA si la maldita misión será clasificada como un éxito, esa loca casi hace que nos maten a todos, y Hennessey podría estar…”

"D-2047, ¿necesito recordarte que un continuo buen comportamiento es lo único que te mantiene asignado a Eta-11?” La distorsionada voz al otro lado del espejo de una dirección interrumpió el enojo de Sandra Dee y por un momento Dee miró al vidrio con una rabia apenas contenida.

“Así que estamos de vuelta a eso ahora, ¿no? Ya veo. Le doy a ustedes, imbéciles, una década de mi vida, conseguí dos conmemoraciones por valor en el campo, y estamos de vuelta a ‘D-2047’ como si nada de eso puto importase.” Miró con ira al vidrio y cruzó los brazos en su pecho en un vano desafío.

“No estamos aquí para discutir tu clasificación, D-2047. Solo responde las preguntas.”

Dee puso los ojos en blanco al espejo y murmuró algo en voz baja. “Bueno. Entramos a Alagadda-”

“SCP-2264-B.”

“Como sea, entramos a 2264-B a través de la puerta en Torre Martin, a tiempo. Stark nos dijo algunas estúpidas líneas sobre todas las precauciones que se tomaron para nuestra seguridad, pero eso no hizo una mierda para ayudar a aquellos que lo sabíamos perfectamente. Seguimos de todos modos, porque ese es nuestro maldito trabajo y Zhao creía en ella.”

Suspiró y separo sus brazos para descansarlos en la mesa en frente de ella. Miró a sus dedos por un momento antes de sacudir su cabeza y mirar de vuelta al espejo.

“No sé una mierda de ese lugar. Leímos todos los reportes, pasamos por todo el entrenamiento, pero nada de eso importó una vez llegamos allí. Estoy bastante segura que 2264-A abre algún sitio nuevo al activarlo, porque terminamos en el palacio propiamente dicho una vez entramos.”

Tomó una pausa otra vez y miró hacia abajo a sus dedos.

“Las primeras horas estuvieron bien. Nunca vimos a ese chico heraldo del que Narváez estuvo hablando, pero la biblioteca fue fácil de encontrar. Ver a gente cogiendo en las plataformas construidas a los lados en las paredes fue un distractor, pero los filtros funcionaron bastante bien.”

Un soplo sarcástico escapó por entre sus dientes. “Narváez dijo que nos veíamos diferente dentro, no estaba equivocado. No se sentía diferente. Estaba vistiendo toda mi mierda, pero vi mi reflejo en el espejo. No sabía que un casco y un escudo facial reglamentario se podía ver estilizado como una máscara de rata, pero lo hacía. Mike trató de juguetear con su máscara hasta que Stark le gritó que mantuviera su mierda puesta y…”

“La biblioteca, D-2047.” La voz la interrumpió otra vez y Dee bufó un improperio antes de escupir a un lado y continuar.


24 de Junio, SCP-2264-B :

“Carter. Deja de parlotear.” Emma no estaba segura si hablaba en el canal de comunicación o si su voz estaba siendo distorsionada por la máscara que llevaba puesta. El generador de voz a texto seguía funcionando y podía ver las palabras que dijo deslizándose a través del cristal de su visor.

Los otros no se veían como si estuvieran vistiendo su equipamiento, pero eso era esperable, planeado así. Ella miró a su alrededor a la bizarra arquitectura de la construcción, tratando de orientarse. Entrevistó a Narváez extensivamente, leyó cada fragmento que llegó a sus manos sobre este lugar. Pensó que estaba lista para navegar el laberinto, pero ahora estaba replanteando ese pensamiento.

“Estoy bastante segura que este es el palacio. O al menos, esto luce como el tipo de decoración que el Dr. Narváez describió en los reportes. Si esta es la parte sur de la ciudad, entonces la biblioteca debería estar por aquí.” Apuntó hacia un largo pasillo a la izquierda, luego rápidamente miró hacia su grupo mientras la distancia espacial distorsionaba la óptica del casco.

Miró los ojos de Hennessey y el brillo en ellos le dijo que notó la reacción. Él le dedicó un pulgar arriba y ella solo negó con la cabeza y empezó a caminar por el pasillo. La caminata no fue tan poco placentera como la vista prometía, aunque la casi aleatoria manera en que el piso parecía moverse fue tan confusa como hubiese esperado.

Los otros parecían disfrutarlo, bromeando en voz baja entre ellos con la familiaridad de un largo compañerismo. Incluso Flores parecía haberse integrado en el equipo en un modo que irritó a Emma. Pensó por un segundo en calmar al equipo, pero decidió que su relajado murmullo era mejor que un silencio tenso. No parecía que los locales los hubieran notado.

Apartó la mirada de un retorcido grupo de cuerpos desnudos que retozaban en una de las alcobas en el costado, luego miró arriba cuando Zhao pidió que se detuvieran.

“Comandante, dijiste que buscáramos por una puerta con un libro abierto, ¿verdad?” Hizo un gesto a la puerta elaboradamente decorada en frente de ella. El doble panel de la puerta estaba grabado para parecer un libro abierto, sus páginas ligeramente curvadas y cubiertas con una escena sacada de una de las partes más extrañas del Jardín de las Delicias.

Emma hizo un gesto a los obscenos grabados y asintió “Sí. Esta es la biblioteca. Vamos.”


27 de Junio, Actualidad:

“… Así que pasamos algunas horas allá peinando el sitio” Mike Carter pausó para tomar un sorbo del vaso de agua que tenía enfrente. “Digo, supongo que nosotros estábamos explorando el sitio. Flores y Stark estaban buscando algo específico.” Sacudió su cabeza mientras aún sujetaba el vaso. “Sabes, estoy acostumbrado a no saber nada, ¿sabes? hemos ido a sitios sin nada de información y así es como funciona esta mierda a veces.”

Alzó el vaso a sus labios, su mano tembló un poco mientras lo hacía. Frunció el ceño y se tomó el agua como si fuera un shot.

“Pero siempre estuve seguro de que el comandante… uh, que Richards nos contó todo lo que ÉL sabía. O sea, que estaba manteniendo solo los secretos que debía.”

El uniformado oficial de Seguridad Interna al otro lado de la mano frunció el ceño. “Sabes porque Richards fue sacado de su puesto. Deliberadamente nos mintió a nosotros y ustedes. Es un traidor de la fundación.”

Carter se encogió de hombros y pareció retraerse. “Lo sé, lo sé. Supongo… Supongo que el chico tenía una buena razón para hacerlo. Dijo que estaba protegiendo la fundación y yo…” se fue apagando y miró abajo hacia la mesa.

Por un momento estuvo en silencio, continuó cuando el oficial le pidió continuar.

“Así que, estábamos buscando en el lugar, era una biblioteca increíble, siendo sinceros. Nunca antes había visto libros en el techo. Y no solo puestos ahí como un tipo de broma. Habían escaleras yendo hacia todos sitios. Podías empezar en una, dar una vuelta y estar al lado de aquella en la que empezaste. habían sitios que eran como… no sé, sobresalían en ángulos extraños y mierdas así. Estábamos esperando eso, como todo el entrenamiento no euclidiano por el que pasamos, así que no me sorprendió tanto.”

Hizo un gesto con sus manos, cruzándolas en frente de él haciendo pantomima de un lento combate aéreo de la I Guerra mundial. “El lugar iba hacia todos lados, como dije y estábamos recién agarrándole el ritmo cuando Stark nos llamó por la radio. Yo estaba con Zhao, Stark nos hizo dividirnos en pequeños grupos así que yo estaba con la teniente, Dee y H estaban en el otro lado de la habitación y Stark con Flores abajo en el piso.”

Pausó por un momento, tenía una expresión contemplativa en el rostro.

“Así que, escuchamos a Stark en la radio y miré al otro lado a Dee y H bajando las escaleras hacia ellos. No había ‘manera rápida’ de llegar allí, porque saltar y ya por la barandilla parecía una horrible idea. Zhao tomó la delantera como siempre hace y empezamos a bajar.”

El oficial asintió y tomó unas pocas notas en la tableta al frente de él. Luego de un momento miró arriba. “¿Y fue entonces cuando viste a 2264-4?”

“¿Es así como lo llaman ahora? Supongo que fue cuando los demás lo vieron, yo nunca lo hice.”

El oficial frunció el ceño ante eso, mirando sus notas. “En el testimonio de Zhao, ella dijo que Stark había estado conversando con 2264-4 por casi una hora.”

Fue el turno de Carter de fruncir el ceño, rascó ligeramente su cabeza con una mirada confusa en su cara. “‘¿Ella dijo eso? No sé nada de eso. Recuerdo claramente a Stark llamando, luego Zhao llevándonos por la escalera hacia ellos y ver a Dee y H al otro lado. Nos tomo casi 20 minutos volver a donde estaba Stark y ella estaba emocionada hablando con Flores sobre algún libro que habían encontrado.”


24 de Junio, SCP-2264-B:

El sitio completo era una amenaza, de cada tipo concebible. La música tocando constantemente desde todos sitios estaba llena de efectos compulsivos. El arte en las paredes parecían querer atraerla, daba la impresión de que, casi literalmente, podía pasar a través de los marcos ornamentados y unirse a cualquier fiesta que estuviera allí ocurriendo. Incluso el aire que respiraba le olía extraño, como si estuviera oliendo un extraño incienso con drogas.”

Emma sacudió su cabeza por lo que parecía ser la milésima vez. Estaba rodeada por conocimiento olvidado y prohibido. Cada estante que miraba parecía lleno de tratados de autores que vagamente reconocía. Empedocles, Anaxagoras, Herón de Alejandría, Ficino. Músicos, filósofos, matemáticos y teólogos. La biblioteca era asombrosa y profundamente inquietante.

Suspiró y miro hacia Flores quien estaba ocupada revisando los libros apilados a un costado de una estantería. Se arrepintió de mentirle a la mujer, pero era la única manera tanto de mantener el protocolo como mantener el conocimiento que tenía para sí misma. Negó con la cabeza otra vez y volvió a contemplar la pequeña vitrina de vidrio frente a ella.

La compulsión de romper el vidrio y sacar el instrumento que colgaba ahí era inmenso. Estaba esperándolo, sabía que estaba ahí. Era algo que el Dr. Narváez había dicho, un comentario suelto sobre algo que recordó ver en la biblioteca. Era una pluma. Hecha de hueso, con una punta dura y afilada. El Dr. Narváez había mencionado algo sobre como incluso los implementos de escritura eran extraños, que había una pluma que aún tenía manchas frescas de tinta en ella.

Excepto que no era tinta. Fresca, sí, pero no tinta, era sangre.

“La pluma de Yosef ben Matityahu. Me pregunto qué significado tiene para ti.”

Ella se dio vuelta, asustada. La biblioteca estaba sin gente cuando llegaron y ella había visto u oído solo a los otros miembros de Eta-11 desde entonces. Por un momento se tambaleó, su visión y balance confundidos por la repentina impresión de estar rodeada de personas que no podía ver, sentir o escuchar.

El anciano en frente de ella la alcanzó con una mano esquelética y la sostuvo, con una sonrisa torcida en sus gentiles rasgos. “Con cuidado, chica. Este no es un lugar para desorientarse.”

Emma asintió, distraída, apoyó durante un momento su mano en la mesa a su lado mientras peleaba con la repentina ola de vértigo.

“Lo siento, estaba asustada. No te vi llegar.” Agitó su cabeza otra vez, entonces otra vez miró a la pluma en la vitrina. “¿Yosef Ben Matityahu? ese nombre me suena familiar.”

El viejo se rió mientras se acercaba para mirar en la vitrina con ella. Le llegaba apenas al hombro, estaba vestido con una túnica negra ornamentada que le recordó a las sotanas que veía en los clérigos cuando las noticias mostraban alguna historia del vaticano.

“Sí.” Dijo acariciando el vidrio en frente de ellos. “Aunque tu debes conocerlo como Josephus.”

Si no se indica lo contrario, el contenido de esta página se ofrece bajo Creative Commons Attribution-ShareAlike 3.0 License